Una de los trastornos psicológicos más comunes, y uno de los “males” que más afecta a la población, es lo que llamamos ansiedad.
Cientos de personas acuden cada año a los servicios de urgencias hospitalarias, creyendo que sufren un mal mortal, como un infarto, un derrame cerebral, etc. A veces simplemente porque temen que se estén volviendo locos, sienten mareos u otros síntomas que les generan un gran malestar. En la mayoría de los casos, tras descartar cualquier trastorno orgánico, se les envía a casa, diciéndoles que están sufriendo una crisis de ansiedad, para cuyo alivio se utilizan benzodiacepinas (tranquilizantes) y antidepresivos, a veces por largas temporadas.
En los últimos años las investigaciones sobre los tratamientos para las personas que sufren ansiedad en el campo de la psicología, han hecho importantísimos avances, con mejorías que casi se podrían calificar de espectaculares en siete u ocho pacientes de cada diez.
¿Pero de qué hablamos cuándo hablamos de ansiedad? La ansiedad es una emoción, como lo sería la alegría o la tristeza. Las emociones son reacciones que se viven como una fuerte conmoción del estado de ánimo. Esta reacción puede ser vivida como algo placentero, cómo cuando estamos alegres, o algo muy desagradable, tal como pueden asegurar las personas que en algún momento han sufrido ansiedad. Además, las emociones causan cambios orgánicos, a veces muy intensos, que en el caso de la ansiedad, se viven como extremadamente desagradables y a veces con verdadero miedo.
Los síntomas de la ansiedad son muy variados, si bien los más frecuentes son:
– Taquicardias.
– Sudoración.
– Temblores o sacudidas.
– Sensación de ahogo, falta de aliento o de que no se puede respirar.
– Dolor en el pecho y sensación de opresión.
– Sensación de mareo e inestabilidad, muchas veces acompañada de la sensación de que nos vamos a desmayar.
– Todo tipo de molestias abdominales, como náuseas, dolores fuertes, sensación de “nudo en el estómago”.
– Miedo a volverse loco, a morir, o que nos esté pasando algo que nos pueda llevar a la muerte.
Y podríamos seguir enumerando síntomas, y más síntomas.
Dentro de lo que llamamos ansiedad, podemos hablar de distintos trastornos, desde el ataque de pánico (una subida intensa de los síntomas fisiológicos propios de la ansiedad), las fobias simples (es decir, que la reacción de ansiedad se produce ante algo concreto que nos da miedo), la ansiedad generalizada, la fobia social, y un largo etc. Independientemente del diagnóstico concreto, en todos ellos el eje central es la ansiedad y el malestar que provoca.
En términos técnicos la ansiedad la podríamos definir como “un estado emocional consistente en reacciones de miedo o anticipación de peligro, acompañada de activación del sistema nervioso autónomo. A veces las personas pueden identificar lo que les produce esa reacción de miedo, y lo habitual es que eviten ésas situaciones o que escapen de ellas. Otras veces, la persona no es consciente de que sea algo concreto lo que le produce el malestar, o no identifican los pensamientos que les llevan a reaccionar de esa manera. Sin embargo, casi siempre tras ese malestar se esconden una serie de pensamientos anticipatorios y negativos les llevan a reaccionar así. Por ejemplo, alguien que sufre ansiedad antes de tener que hablar en público, probablemente está anticipando todo lo malo que podría ocurrir en esa situación, cómo que sudará de forma abundante, que no podrá articular palabra o que los demás pensarán cosas negativas sobre él. Lo más habitual es simplemente el hecho de anticipar esa situación ya le generare unos síntomas muy desagradables, y éso le haría tratar de evitar la situación. Cualquier persona que sufra ansiedad, puede pararse un momento y pensar en lo que piensa (valga la redundancia) ante aquellas posibles situaciones o miedos que le generan malestar, y seguramente empezaría a sufrir los síntomas. que tanto malestar le producen.
Al igual que ocurre con otros trastornos, como la depresión, es muy difícil entender a las personas que rodean a aquella que dice que “tiene ansiedad”, lo que le ocurre, y lo mal que puede llegarlo a pasar.
Aunque muchas personas piensan que la ansiedad y la depresión son lo mismo, la realidad es que son dos trastornos distintos, si bien los que más veces aparecen unidos, y no es raro que las personas que sufren ansiedad de forma constante acaben manifestando también síntomas depresivos, como tristeza, llanto, cansancio, falta de motivación, etc.
La población que sufre ansiedad de forma habitual, es decir, lo que llamaríamos “clínicamente significativa” es difícil de cuantificar, puesto que no todas las personas que la sufren buscan ayuda médica o psicológica, pero al igual que la depresión, podríamos hablar de cifras casi epidémicas.
¿Y qué podemos hacer con todo ésto?
Como dije en un principio, normalmente las personas que sufren ansiedad suelen recibir tratamiento farmacológico, que muchas veces es insuficiente para paliar su gran malestar. Sin embargo, la eficacia de las nuevas terapias psicológicas, sobre todo las intervenciones a nivel cognitivo, está claramente demostrada. No solo se trata de paliar el malestar, sino también de que éste no aparezca. Dependiendo del caso, se pueden utilizar distintas técnicas, tanto para aprender a controlar los síntomas para que no aparezcan, perder el miedo a situaciones o cosas, y sobre todo, aprender a no anticipar acontecimientos negativos.
Si pensamos que la ansiedad, además de ser extremadamente desagradable, interfiere en el hecho de poder llevar una vida “normal”, produce un malestar inmenso, empeora enfermedades físicas ya existentes o puede llegar a producir otras, y un largo etc. de consecuencias negativas, son razones más que suficientes para consultar el problema e intentar ponerle remedio acudiendo al psicólogo, aunque se tenga que intervenir también a nivel médico y farmacológico.
NURIA CANSECO PUENTE
Colegiada B-01309
Licenciada en Psicología por la Universidad de Salamanca. Máster en Psicología general sanitaria
se puede currar la depreson?
Tanto la depresión como la ansiedad (que aunque son trastornos distintos, muchas veces pueden ir juntos) son trastornos tratables y curables, aunque normalmente requieren de atención profesional. Suelen hacerse tratamientos multidisciplinares, es decir, muchas veces además de la terapia psicológica, es necesario usar medicación temporalmente. Pero sí, la depresión es tratable y curable. Te remito a otro artículo del blog que habla sobre depresión. Saludos.
Ansiedad, pensamientos, miedos, crisis de pánico, todo eso he padecido y no encontraban la causa de ello, 30 años tarde en hallar las respuestas. Miedo a vivir una vida sin conocimiento, dirigida por dictadores, religiones, en fin una vida llena de engaños, lo que se dice finamente, hipocresia social, rodeada de desamor, pero llamandole amor.
Hola Nuria: Me ha alegrado tu explicación sobre ansiedad. Yo, por desgracia estóy sufriendo este problema desde hace muchísimos años temporadas bien y luego de repente, algo se dispara en mi cabeza que ….me mata.
He tenido ataques de pánico en el coche mientras conducía y la primera vez que ocurrió creí me me iría abajo. Consultando al especialista me advirtió que no dejara para nada de conducir, (nunca he tenido un accidente) y parece que va mejor. Ahora a los 53 años se me ha disparado un miedo-pánico a envejecer, el deterioro físico y la propia muerte. He ido al psiquiatra y estoy tomando escitalopram de 15 mg y deprax media por las noches y ahora también está controlado, pero….siempre hay este miedo persistente de que, según pienso yo, estas pastillas enmascaran los síntomas pero no los erradican y este es mi gran temor. Me gustaría creer que todo esto se puede curar y puedes estar segura que hago todo lo posible, he introducido ejercício, lecturas de autoayuda, omega 3 y todo lo que se pone en mi camino. En fin, no quiero hacerte perder más tiempo.
un abrazo
Lo que has hecho hasta ahora está bien a nivel tanto de medicación como de no dejar de hacer cosas que te daban miedo. La ansiedad y todos los temores que cuentas, se pueden solucionar, pero por lo que comentas no has recibido ayuda de un psicólogo. Los libro de autoayuda pueden ayudar en un momento dado, y tanto el ejercicio como el omega tres son buenos aliados para la ansiedad. Creo que quizás deberías también consultar a un psicólogo o al menos hacer una consulta. La ansiedad es tratable y solucionable, aunque como ya sabes tienes que poner mucho de ti misma. Si quieres hacer una consulta puntual y privada, puedes hacerlo a través de la página web por e-mail. Repito, todos los miedos que comentas, son tratables y sí, se pueden curar. Ánimo y saludos.
Amplitud de miras, a fe mía. Casi tántrica exposición de las afecciones.
Felicidades.
S. K.
Llevo unos17 años tratandome con fármacos la ansiedad,parece no tener salida,pero a dia de hoy me sirve para aconsejar y ayudar a quien la padece. Quien mejor que alguien que la padece y a servido de cobaya de la industria farmacéutica? Sigo intentando dejar la medicación pero he llegado a la conclusión,que es el negocio perfecto. Gracias y un saludo
Estoy de acuerdo contigo en que las industrias farmaceúticas han encontrado el negocio perfecto con los psicofármacos. No digo que no sean necesarios, es más, en casos de ansiedad, puesto que es algo muy desagradable y se pasa francamente mal, son muy útiles en un principio, pero debe combinarse con terapia psicológica, de cara a entender qué es lo que nos produce ansiedad, como afrontarla con otras técnicas como la relajación o la respiración diafragmática y como evitar que aparezca, normalmente usando la modificación del pensamiento (terapia cognitivo-conductual) Creo que los trastornos de ansiedad son suficientemente importantes para que se traten de manera multidisciplinar, con el objetivo de que el paciente pueda dejar la medicación y llevar una vida sin el trastorno. Si además se utilizan solo tranquilizantes (benzodiacepinas) para tratar la ansiedad, hay que tener en cuenta que son medicamentos que producen tolerancia y adicción, de ahí la dificultad de dejarlos luego. No sé si en tu caso has recibido ayuda psicológica también, o solo has probado el tratamiento farmacológico. Pero sí, la ansiedad tiene salida, y se pueden dejar los fármacos, aunque seguramente necesitarás ayuda adicional. Saludos.